Los PIF o permisos individuales de formación mejoran el compromiso, el rendimiento y la cualificación de los trabajadores a través de cursos o formaciones oficiales que elige y solicita el empleado y que son bonificados por el Estado.
De este modo, los trabajadores pueden seguir formándose u obtener un título oficial sin dejar de percibir su salario aunque, tanto la empresa como el trabajador, deben cumplir una serie de requisitos.
En este contenido te vamos a detallar qué son los permisos individuales de formación, qué ventajas aportan y cuáles son las condiciones necesarias para solicitarlos.
En este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber:
¿Qué es el PIF?
El PIF es un permiso individual de formación que una empresa autoriza a un trabajador con el objetivo de que realice una acción formativa que debe contar con una acreditación oficial.
Estas formaciones incluyen los cursos ofertados por el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales –CNCP– pensados para favorecer el desarrollo profesional y personal.
Gracias a esta iniciativa, el empleado puede conciliar trabajo con estudios y a su vez la empresa no se ve prácticamente impactada, ya que recibe una bonificación de la totalidad o gran parte de las horas en las que el trabajador se ausenta de su puesto de trabajo.
Las condiciones fundamentales son que debe tratarse de cursos oficiales y deben desarrollarse en horario laboral de manera presencial o semipresencial.
Antes de proseguir, se impone acotar qué se entiende por titulaciones y acreditaciones oficiales:
Las formaciones expedidas por las Administraciones Públicas competentes válidas en todo el territorio nacional y publicadas en el Boletín Oficial del Estado –BOE–.
Aquellas que estando previstas en la normativa estatal han sido expedidas por la Administración Pública competente en cada Comunidad Autónoma y publicadas en el boletín oficial correspondiente.
Los cursos universitarios que tengan la consideración de Títulos Universitarios Propios por resolución de la Junta de Gobierno o Consejo Social de la Universidad correspondiente.
Todas estas titulaciones oficiales pueden realizarse a través de centros públicos o privados. Estos últimos deben estar homologados y autorizados por el Ministerio competente.
Ventajas de los PIF
Las ventajas de los permisos individuales de formación son múltiples tanto para la empresa como para el trabajador. Estos son los más notables.
En lo que respecta a la empresa el mayor beneficio es poder contar con empleados mejor cualificados profesionalmente.
Directamente relacionado con la mayor cualificación profesional, estas formaciones suponen un refuerzo del compromiso del trabajador con la empresa.
Lo anterior ayuda a reducir el porcentaje de rotación de empleados y a combatir el absentismo.
Una menor rotación facilita la creación y asentamiento de una verdadera cultura de empresa.
La mayor integración en la empresa redunda, por lo general, en un mejor desempeño.
El acceso a subvenciones cubre una parte importante del coste laboral de tener a un trabajador formándose en horario de trabajo.
El importe de la bonificación es equivalente a la suma de los costes salariales del trabajador. Se toma para el cálculo el sueldo base, la antigüedad y complementos fijos, así como la parte correspondiente de pagas extraordinarias y las cotizaciones devengadas a la Seguridad Social.
El trabajador, a su vez, recibe una formación que mejora su empleabilidad y especializa su perfil sin tener que invertir dinero ni tiempo personal en esa acción formativa. Esto le puede ayudar a prosperar en el seno de la empresa o abrirle otras posibilidades.
Requisitos para el PIF
Uno de los requisitos principales de este tipo de acción formativa es que debe realizarse presencialmente o en su defecto contar con clases, prácticas o tutorías presenciales obligatorias.
Existen otros, tanto para el trabajador como para la empresa.
Requisitos del trabajador
Para que el trabajador pueda beneficiarse de un permiso individual de formación debe ser asalariado en empresas privadas o entidades públicas empresariales.
Estas empresas están obligadas a cotizar a la Seguridad Social en concepto de Formación Profesional y anteriormente deben de haber conseguido el permiso para ello.
El medio para solicitarlo es rellenar el modelo de autorización que proporciona la empresa y esperar a que sea aceptado. Ten presente que la empresa puede negarse siempre que se deba a razones organizativas o de producción y deberá comunicárselo al trabajador.
Si el trabajador finalmente recibe la autorización, debe entregar a la empresa:
La matrícula oficial o inscripción en las acreditaciones oficiales que se realicen.
El horario de las clases.
Si se trata de un Título Universitario Propio deberá aportar la resolución por Junta de Gobierno o Consejo Social de la Universidad donde ha sido aprobado.
Requisitos de la empresa
En lo que se refiere al procedimiento por parte de la empresa, esta debe comunicar a la Fundación Estatal, tanto al inicio del Permiso Individual de Formación como a su finalización los datos que siguen:
La formación objeto del PIF.
El título que se obtiene.
El número de horas de permiso y su distribución.
El coste del PIF.
La cuantía de las bonificaciones.
Esta comunicación se debe realizar, tal y como sucede con la formación continua, usando la aplicación telemática de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo –Fundae–.
Créditos de formación para la bonificación del PIF
El crédito de formación anual varía dependiendo del número de trabajadores con los que cuente la empresa. Se ha establecido, de acuerdo con la Ley 22/2021, un mínimo de 420 euros al año para empresas con un solo trabajador, pero puede suponer miles de euros en grandes empresas.
Las empresas que concedan permisos formativos para sus trabajadores dispondrán de un crédito adicional de hasta un 5% respecto de su crédito anual para la formación continua.
En el supuesto de que la empresa no haya empleado todo el crédito para acciones formativas, puede destinar esa cantidad a la realización de un PIF.
Si su coste es superior al crédito del que dispone la empresa, se financia por horas hasta que se supere, en su conjunto, los límites de disponibilidad presupuestaria que se establecen anualmente en la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
Eso sí, solo pueden ser objeto de financiación las horas que se sitúan dentro del horario laboral del trabajador, salvo en el supuesto de empleados de turno de noche en el que las horas de descanso se pueden computar como horas laborales para que le sea viable asistir a la formación.
El tiempo de desplazamiento desde el lugar de trabajo al centro de formación también puede computarse como horas laborales.
En lo que respecta a los trabajadores de las Administraciones Públicas, Organismos Públicos o Entidades de Derecho Público, se les aplica el régimen de permisos para la formación previsto en sus respectivos ámbitos.
Límites de horas en las PIF
De acuerdo con lo que venimos comentando, cuando el coste del permiso individual para la formación supera el crédito disponible, la financiación en vez de basarse en un porcentaje, se centra en la cantidad de horas necesarias para la correcta realización del curso.
Estos límites se establecen en el 2022 de la siguiente manera:
De 1 a 9 trabajadores: 200 horas.
De 10 a 49 trabajadores: 400 horas.
De 50 a 249 trabajadores: 600 horas.
De 250 a 499 trabajadores: 800 horas.
Más de 500 trabajadores: 200 horas por cada 500 trabajadores.
Formaciones que no puedes solicitar con un PIF
Como venimos exponiendo, las formaciones que se pueden solicitar en el marco de un PIF deben tener una serie de características específicas. Si no se cumple con ellas no son consideradas aptas para un permiso individual de formación.
Esto es aplicable a estas que te enumeramos seguidamente:
Las formaciones no presenciales.
Las formaciones no oficiales.
Las formaciones de la enseñanza obligatoria por parte de la empresa como los cursos de prevención de riesgos laborales o cualquier otro tipo de formación ligada con la actividad de trabajo.
Sea cual sea el convenio al que pertenezca tu actividad disponer de un buen seguro de vida para trabajadores puede ser otra herramienta para mejorar el compromiso de tus equipos y combatir el absentismo.