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Conducir con niebla: 12 consejos para una conducción más segura

07 Mar 22

Conducir con niebla es una de las situaciones más temidas al volante ya que la visibilidad se reduce de forma drástica, incrementando la posibilidad de sufrir algún percance. La niebla dificulta la identificación de riesgos y el cálculo de distancias y hasta puede crear ilusiones ópticas.

En este artículo te compartimos algunos consejos –12 en concreto– para conducir si aparece la niebla: qué luces encender y cuáles no o cómo frenar, entre otras precauciones.

Consideraciones previas sobre conducir con niebla 

Como puedes intuir, aunque no te haya tocado, conducir con niebla entraña una serie de riesgos importantes por la disminución de la visibilidad y pueden traducirse en problemas tales como que:

  • No visualices correctamente a los vehículos que te preceden en la carretera.

  • No veas con claridad las marcas que delimitan tu carril de circulación propiciando que invadas el carril contrario.

  • No seas capaz de ver con suficiente antelación y margen de maniobra dónde empieza una curva o la cuneta.

De hecho, conducir con niebla puede llegar a ser tan arriesgado que esa “simple” condensación en el aire de pequeñísimas gotitas de agua puede llevar a anular una mínima visibilidad a menos de un kilómetro o incluso en pocos metros.

No olvides que, en realidad, la niebla son nubes bajas situadas a ras de suelo que se produce habitualmente cerca de lagos y de la costa por la mañana o por la noche, aunque también puede formarse en otros momentos del día y en otros lugares.

 12 consejos para conducir con niebla que debes tener en cuenta

Al igual que en otras situaciones climatológicas adversas, mantener la calma y conducir de forma preventiva son las dos reglas principales que nunca debes olvidar para hacer frente a la falta de visibilidad.

Si quieres despejar tus dudas, apunta nuestros consejos para conducir con niebla.

Consulta la previsión meteorológica

Si es posible, no conduzcas si hay previsión de nieblas.

La niebla densa es una causa importante de accidentes y las colisiones múltiples son habituales en este tipo de escenarios de conducción.

Este es un fenómeno meteorológico que puede producirse por sorpresa, por lo que conviene que seas precavido en las épocas del año y áreas en las que es más probable que aparezca.

 Reduce la velocidad

Con niebla debes modificar la velocidad y controlar el ansia por salir rápidamente de la zona afectada. La escasa visibilidad aumenta el riesgo de colisión con algún vehículo que pueda “aparecer” de repente y sin darte tiempo a reaccionar.

Si vas a conducir con niebla, debes ir a una velocidad lo suficientemente baja como para que te permita frenar el coche en caso de necesidad, eso sí, sin que sea excesivamente lenta y puedas provocar con ello un accidente.

En ocasiones, la niebla provoca un efecto óptico de conducción lenta que hace que muchos conductores aumenten su velocidad. Por ello, te recomendamos que revises a menudo el velocímetro para comprobar que vas realmente a una velocidad adecuada y segura.

 Aumenta la distancia de seguridad

Al conducir con niebla debes dejar una mayor distancia frontal de seguridad de lo normal respecto al coche que te precede, para evitar un frenazo en cadena y los riesgos que ello implica por esa falta de visibilidad.

Además, la niebla normalmente trae consigo una humedad ambiente que empapa el asfalto y lo puede volver muy deslizante. No lo olvides, el agarre de los neumáticos en zonas de niebla no es el mismo que con el asfalto seco.

En este mismo sentido, debes evitar agruparte o ir en caravana con otros coches, incluso aunque parezca que así mejora tu visibilidad.

 Evita distracciones al volante

Pon mucha atención a tu alrededor, minimizando en lo posible las distracciones dentro del vehículo.

Estas son 3 recomendaciones que funcionan:

  1. Mantén la vista en la carretera.

  2. Intenta que el habitáculo del coche esté bien climatizado (entre 21 y 23ºC).

  3. Evita comer o manipular el navegador mientras conduces.

En caso de que haya más personas contigo en el coche, pide a tus acompañantes que estén en silencio y atentos por si surge cualquier imprevisto.

Por supuesto no debes utilizar el móvil mientras conduces , lo que además te podría acarrear una importante sanción económica y retirada de puntos.

No uses las luces largas

Si te encuentras con un banco de niebla no debes conectar las luces largas bajo ningún concepto –lo que es un error muy habitual–, pues esto empeoraría exponencialmente la situación.

Las luces largas rebotan en las gotas de agua y provocan deslumbramientos, lo que reduce aún más la visibilidad, además de que puede molestar al resto de conductores.

 Enciende las luces de cruce y posición o las antiniebla

Las luces recomendadas por defecto al conducir con niebla son las luces de cruce y posición. En el caso de que tu coche disponga de faros antiniebla, conviene recordar que los delanteros son opcionales, no así los traseros.

Según el Reglamento de Tráfico, además de con niebla, las luces antiniebla sólo se podrán utilizar en caso de lluvia muy intensa, tormenta, fuerte nevada o nube de polvo.

Por tanto, las luces piloto traseras de niebla solo deben usarse cuando la niebla es realmente muy densa. En esta situación mejoran la visibilidad hacia el resto de los conductores, ya que utilizan un color y una posición que evita el resplandor que crean las luces delanteras.

Frena de forma suave e intermitente

Con niebla es muy peligroso frenar fuerte o reducir demasiado la velocidad de golpe, ya que la falta de visibilidad puede provocar un choque de alcance en cadena con los conductores que vengan por detrás más deprisa, con las desastrosas consecuencias que implican las colisiones múltiples.

A la hora de pisar el freno, la recomendación es que lo hagas de manera suave e intermitente, con esto lanzas señales luminosas a los vehículos que circulen detrás, dejando así constancia de la posición de tu coche y avisando de tu distancia.

 Cuidado con los animales

La niebla despista mucho también a los animales, lo que puede llevarles a invadir más la carretera. En las zonas con presencia habitual de fauna en libertad, presta un extra de atención por si tienes que frenar súbitamente.

 Toma como referencias las marcas viales

Es muy fácil salirse del carril mientras conduces con niebla. Para evitarlo, te recomendamos que utilices como referencia las líneas de la carretera o que te sitúes en el lado derecho para asegurarte de que te mantienes en tu carril.

También puedes tomar como referencia a otros vehículos que circulen por la vía, sin forzar la marcha.

Conduce con mucha prudencia: no cambies de carril si no es necesario ni adelantes a otros coches. En las carreteras de doble sentido, ten en cuenta a los vehículos que avanzan en dirección opuesta.

 Utiliza los limpiaparabrisas

Como ya hemos comentado, la niebla es vapor de agua que carga el ambiente y normalmente moja, lo que va a obligar a que tengas que poner en marcha los limpiaparabrisas del coche para limpiar las lunas delanteras. Ajusta el ritmo de estos según varíen las condiciones meteorológicas. A veces la niebla va a acompañada de lluvia.

Revisa que las lunas no estén empañadas y abre las ventanillas si es necesario.

 No te detengas en el arcén

Si la niebla es muy espesa y no te ves capaz de mantener el ritmo de conducción o te estás agobiando, puedes intentar abandonar la vía hasta que se despeje la situación, pero nunca te detengas en el arcén, puede ser muy peligroso. Es mejor salir en el primer área de descanso o desvío de forma segura y esperar a que se levante la nube.

 Apaga las luces antiniebla al salir del tramo

Debes apagar obligatoriamente las luces antiniebla cuando salgas de la zona con niebla: están prohibidas fuera de esta situación, dado que pueden deslumbrar al resto de usuarios de la vía. Llevar los faros antiniebla encendidos puede suponerte además una fuerte sanción económica.

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