Algunas actividades durante el embarazo se consideran controvertidas y generan un sinfín de dispares opiniones al respecto. En este sentido, moto y embarazo son dos términos que a pesar de que a priori se antojan no demasiado compatibles, son susceptibles de ser valorados por cada quien.
Para ver si montar en moto estando embarazada es malo o cuáles son los riesgos y consecuencias de montar en moto embarazada hemos preparado este artículo con el que pretendemos arrojar un poco de luz ante un tema tan controvertido.
Algunos datos sobre moto y embarazo
Partiendo de un hecho cierto como es que el embarazo es un factor determinante a la hora de establecer cambios importantes en el modo de desplazarse de las mujeres, vamos a ver algunos de los resultados que se extraen del estudio publicado por el RACC sobre movilidad en embarazadas.
1.- Las embarazadas cambian sí o sí su forma de desplazarse
De hecho, admiten que prefieren andar o ir en coche antes que incluso usar el transporte público. Si en esta ecuación incluimos a los vehículos de dos ruedas como las motos, el porcentaje de mujeres que expresa que ha abandonado este tipo de transporte en sus desplazamientos se eleva al 90%. Por cierto, un 45% de ellas deja de usar el transporte público.
2.- Los motivos para el cambio
Entre los principales motivos para abandonar el uso de la moto (o de la bici) encontramos, como cabía esperar, razones de seguridad y miedo a posibles accidentes. La protección prácticamente nula que ofrecen en cuanto a carrocería este tipo de vehículos no les ofrece las garantías suficientes para asumir el riesgo de conducirlas o ir en ellas.
3.- Tipos de actitudes de las embarazadas
Para el estudio de la RACC se crearon grupos de análisis siguiendo el método No jerárquico K-Means y tomando como factores de referencia los tipos de actitudes/percepciones vs la movilidad.
Partiendo de lo anterior, en un grupo de mujeres a las que se calificó como de tipología tranquila (piensan que el embarazo no es un problema sino una circunstancia distinta) el 100% de ellas admitió que dejaría la moto como medio de transporte.
Si nos fijamos en los datos que arroja el estudio entre mujeres clasificadas como de tipología preocupada (buscan información para contrarrestar la incertidumbre ante la nueva situación que viven) sus tasas de abandono de los distintos modos de transporte es menor excepto en las motos para las que mantienen su postura.
Riesgos de montar en moto embarazada
Ahora que ya hemos visto algunos datos (ciertamente descriptivos), se impone detallar los riesgos ciertos y comprobados de andar en moto estando embarazada.
Son muchos los profesionales expertos que coinciden en que algunas actividades físicas conllevan un alto porcentaje de riesgo para el grupo en el que nos centramos en este artículo, las mujeres embarazadas y, sobre todo, en el período comprendido entre el primer y tercer mes de gestación.
En el primer trimestre de embarazo, las caídas, los accidentes o los golpes fuertes pueden ser el desencadenante por ejemplo de un desprendimiento de la placenta. Si nos vamos a una fase más avanzada y ya casi final del embarazo y nos centramos en el tercer trimestre, esos mismos riesgos pueden producir sangrados por hemorragias, daños en el feto o incluso provocar partos prematuros.
Tanto si manejas una moto como motera empedernida que eres, como si vas de “paquete” en una moto, seguro que ya eras consciente de lo que te acabamos de mencionar.
A todo lo anterior hay que sumar otro factor que influye en los conductores de vehículos de dos ruedas y que amplifica su efecto cuando la conductora es una mujer embarazada, nos referimos a la adrenalina que supone conducir una moto.
Seguro que has oído en más de una ocasión que a las mujeres embarazadas lo primero que se les recomienda es tomarse la vida con mucha más calma para que el estrés no afecte al feto. De ser así, la adrenalina de conducir o andar en moto no sería precisamente recomendable para las mujeres en estado de gestación.
A los riesgos por baches, por caídas o por las imprudencias de otros conductores y que no se pueden compensar con medidas de protección como por ejemplo el cinturón de seguridad, hay que añadir otro factor directa y ergonómicamente relacionado con conducir una moto, la postura.
Dejando a un lado la incomodidad de ir reclinada sobre el manillar estando embarazada, el riesgo de golpes por frenazos bruscos (o no tan bruscos) se eleva a la enésima potencia si hablamos de conducir una moto.
Parece que todo esto es más que razón suficiente para que 9 de cada 10 mujeres aparquen su moto durante el embarazo.
Conclusión
En el estudio de la RACC que hemos mencionado en este artículo no se recogen respuestas ni datos específicos sobre el porcentaje de mujeres moteras que abandonarían este tipo de transporte en caso de estar embarazadas.
Tampoco se estudia si en las respuestas dadas influye de algún modo el tipo de cilindrada de la moto o el tipo de trayectos a realizar. Evidentemente no es lo mismo ni tiene los mismos riesgos conducir por ciudad que hacerlo en carretera, en un trayecto corto o de largo recorrido, o hacerlo en un pueblo pequeño donde el número de riesgos disminuye (que no desaparecen).
Lo que sí es un hecho cierto es que los riesgos de montar en moto estando embarazada son altos, que es precisamente lo que hemos querido reflejar en este artículo.
Tanto si decides seguir conduciendo como si no durante el embarazo, recuerda que debes contar con un seguro de moto para poder circular legalmente. Y si necesitas consejo para tu póliza de moto puedes contactarnos aquí.