La energía verde utiliza recursos naturales de manera eficiente y sostenible reduciendo el impacto medioambiental. Las energías fotovoltaica, eólica, hidroeléctrica, la biomasa y el hidrógeno verde son algunos ejemplos de este tipo de energía, pero seguro que te sorprende más la inclusión en esta clasificación de la energía nuclear y el gas natural.
Las energías verdes juegan un papel crucial en el proceso de descarbonización que tiene que convertir a Europa en un continente neutro en emisiones de gases nocivos en el año 2050.
Si quieres saber qué es la energía verde, qué tipos existen y cuáles son sus características, presta atención a la siguiente información que hemos preparado para ti.
En este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber:
¿Qué es la energía verde?
La energía verde es aquella que utiliza los recursos a un ritmo menor o igual al que necesita para producirse. La mayoría de estas fuentes de energía son renovables y tienen un mínimo impacto medioambiental por lo que impulsan el proceso de descarbonización energética.
De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), la energía representa aproximadamente un 60 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, siendo el factor que más influye en el cambio climático.
Para intentar paliar estos efectos, el Pacto Verde Europeo ha marcado varios objetivos clave que deben desembocar en una Europa neutral en cuanto a emisiones en el 2050.
Energías como la fotovoltaica, la eólica, la hidroeléctrica, la biomasa, y desde 2023, el gas natural resultan esenciales para llegar a las metas establecidas.
Tipos de energía verde
La descarbonización de la energía plantea importantes retos por lo que la mayoría de los esfuerzos se destinan a proteger el medioambiente y a abastecer al mundo de energías alternativas no contaminantes.
Las siguientes fuentes de energía son consideradas verdes por su bajo impacto medioambiental y su sostenibilidad. Actualmente, las más desarrolladas en España son las dos primeras.
Energía solar
De la energía solar se puede extraer electricidad, mediante la energía fotovoltaica, o energía térmica a través de la energía solar térmica, siendo la más rentable la de baja temperatura.
Se trata de las instalaciones de autoconsumo más extendidas y contar con un seguro para placas solares que les de ciertas coberturas te ayudará a proteger tu inversión.
Energía eólica
La obtención de energía gracias al viento puede realizarse tanto con instalaciones terrestres como marinas.
En 2021, considerando la información publicada por la Asociación Empresarial Eólica (AEE), esta fuente de energía ha sido la principal fuente de energía eléctrica de España.
Los planes de actuación en este tema de algunas Comunidades Autónomas parecen poner de relieve que la importancia de este tipo de energía verde sigue en alza.
Energía hidroeléctrica
La energía hidroeléctrica se puede obtener a través de los ríos y afluentes o mediante la instalación de presas transformando la fuerza del agua en capacidad energética.
Los avances tecnológicos han permitido, por ejemplo, la combinación de un parque eólico, un grupo de bombeo y una central hidroeléctrica de tal manera que el parque eólico aporta la energía necesaria para el bombeo de embalses de agua hacia un depósito elevado, que funciona como sistema de almacenamiento energético. El resultado es un suministro eléctrico estable.
Energía de la biomasa
La biomasa utiliza los desechos y residuos de materia orgánica animal o vegetal para producir energía. Reutiliza igualmente desechos orgánicos de las ciudades o de las industrias forestales y agrarias, así como la biomasa microbiana.
Es una energía muy versátil que puede producir energía eléctrica, térmica y biocombustibles como el biodiésel o el bioetanol.
Se muestra como una de las grandes apuestas para la transición energética y el desarrollo de una economía circular.
Energía geotérmica
La energía geotérmica se obtiene del calor interior de la Tierra, tanto por captación horizontal o en superficie, como por captación vertical o por perforaciones. Esto la convierte en una energía disponible en todo el planeta lo que aumenta su accesibilidad.
Energía mareomotriz y undimotriz
Estas dos energías provienen del aprovechamiento del movimiento del mar. La mareomotriz utiliza la fuerza de las mareas y la undimotriz la de las olas.
La energía mareomotriz, como expone la Agencia Internacional de las Energías Renovables –IRENA– en su Boletín Vigilancia Tecnológica de energías oceánicas, es totalmente previsible aunque su instalación requiere una inversión elevada.
En lo que respecta a la energía undimotriz cuenta con un alto potencial en las costas atlánticas.
Gracias al océano se están desarrollando otro tipo de energías como la de las corrientes marinas y del gradiente térmico oceánico (OTEC).
Biogás
El biogás o gas renovable es un gas 100 % biológico y biodegradable con emisiones de CO2 prácticamente neutras que se obtiene de la descomposición de los residuos orgánicos generados tanto a nivel industrial como en las ciudades.
Puede distribuirse a través de las canalizaciones de gas natural existentes como ocurre con el hidrógeno verde.
Hidrógeno verde
El hidrógeno verde o hidrógeno renovable se obtiene al separar por electrólisis las moléculas de agua (H2O) en hidrógeno (H) y oxígeno (O). El hidrógeno se utiliza para generar energía y el oxígeno se libera como derivado.
Nuevas energías verdes
La Comisión Europea ha considerado que el gas natural y la energía nuclear tienen un papel importante que desempeñar en el proceso de transición energética.
De modo que se ha concluido que contribuyen a mitigar el cambio climático por lo que son consideradas desde el 1 de enero 2023 como energías verdes, integrándolas en el plan de acción de la Comisión para financiar el crecimiento sostenible.
No obstante esta inclusión se realiza bajo restricciones muy estrictas y bajo la prerrogativa de ayudar a transicionar hacia un modelo en el que predominen las energías 100 % renovables.
Energía nuclear
La energía nuclear es la fuente que menos minerales necesita para la generación energética. Además, es considerada una energía limpia en el sentido de que no emite CO2 ni ningún gas contaminante que pueda tener un efecto negativo en el cambio climático.
No obstante, sí emite vapor de agua a la atmósfera y, sin duda, lo que más preocupa es el tratamiento de sus residuos altamente contaminantes.
Tal y como expone el Consejo de Seguridad Nuclear (CNS), el acondicionamiento de residuos puede desarrollarse mediante 3 tratamientos:
Por evaporación, centrifugación, filtrado y descontaminación para reducir su volumen.
Eliminación de radionucleidos por desgasificación y precipitación.
Cambio de la composición de los residuos por solidificación o cementación.
Gas natural
A pesar de ser una fuente de energía fósil contiene menos carbono que los combustibles tradicionales y ofrece grandes ventajas tales como:
● Buen equilibrio entre poder calorífico y precio.
● Abastecimiento tanto de calefacción, como ACS –Agua Caliente Sanitaria– y combustible para vehículos
Suministro estable y cómodo.
Según expone el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, las instalaciones eólicas, las centrales minihidráulicas –de menos de 10 Megavatios de potencia– y la energía solar térmica de baja temperatura ya han alcanzado la rentabilidad de las energías convencionales.
Sin embargo, tanto la energía solar fotovoltaica como la solar de alta temperatura requieren de desarrollo tecnológico y promoción para lograrlo, aunque se estima que conseguirán ser competitivas a corto o medio plazo.
Características de la energía verde
La energía verde cuenta con características que son y serán importantes en el cambio de modelo energético en la sociedad, como puedes descubrir en la siguiente enumeración:
Reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular de CO2.
Disminuyen la dependencia energética de combustibles fósiles.
Se trata de fuentes inagotables en su gran mayoría.
Son muy diversas, por lo que cada territorio puede desarrollar las que mejor se adapten a sus recursos.
Cuentan con costes que evolucionan a la baja, aumentando los beneficios económicos.
Participan en el impulso del autoconsumo y la independencia energética del conjunto de la sociedad.